«Atardeceres desde la ventana de Francisco Javier Rodenas es una novela de misterio donde lo que menos importa es lo que ha pasado y lo que más las relaciones entre lo personajes y la cadencia del estilo con el que se cuenta. Me ha sorprendido y gustado. Una novela de misterio diferente.»

 

Francisco Javier Rodena es un escritor novel que da clases de literatura y ese respeto por las letras se nota en su estilo.

La novela arranca con la aparición de un cadaver en un pueblo tranquilo donde todos se conocen y todos pueden ser culpables. Un detective con una vida complicada se traslada desde la capital para encargarse de la investigación.  Mientras trata de desentrañar el misterio en esa burbuja particular que es el pueblo, descubre aspectos su personalidad que no esperaba. En mi opinión es una novela de desarrollo personal de los personajes porque todos evolucionan de alguna manera como consecuencia del crimen.

 

Me ha gustado mucho porque a la vez que investigamos un asesinato, teenemos un completo desarrollo de los personajes en sus aspectos más personales y humanos, con   mucha profundidad. Esa parte me ha sorprendido y me ha gustado mucho porque consigue a través de los recuerdos de sus vivencias y su mezcla con el presente que estén vivos y sean muy verosímiles. Me ha parecido que sobre todo es una novela humana donde lo que importan son las personas por encima de todo.

No quiero desentrañar la trama que me parece muy bien llevada,pero  si decir que se tocan temas muy importantes de las relaciones humanas, que en los pueblos pequeños se hacen aún mas evidentes al ser conocidas por todos y convivir con ellas. Algunos de estos temas son el maltrato, la infidelidad, el amor, las relaciones de poder, el odio y la venganza que se respira a lo largo de la obra.

Pero lo que más me ha gustado y sorprendido ha sido el estilo pausado y poético de toda la narración, algo nada habitual en las novelas de misterio. Notamos como, al igual que al detective protagonista, la calma de la vida rural y tranquila nos penetra a través de la lectura y nos alejamos del ritmo angustioso de la vida urbana para reconciliarnos con las personas.

Quizás por ponerle alguna pega, el final es un poco precipitado a pesar de dejar todo bien cerrado. Me da la sensación de que es algo inverosímil no tanto en la resolución como en las consecuencias, pero se permite la licencia en favor de una justicia poética que se agradece.

Se me ha hecho corto, lo he leído con interés y de un tirón. Me ha gustado mucho el cuidado lenguaje que se ha empleado. En resumen una sorpresa para ser un autor novel.

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