b-extranjeroDespués de tanta novela ligera me apetecía un clásico y me anime con este libro que pese a su brevedad plantea un personaje totalmente extraño y curioso que supuso toda una revolución en la fecha de su publicación, 1945.

El protagonista es una persona totalmente apática e indolente que parece que pasa por la vida como si todo le diera igual. No se inmuta ante la muerte de su madre, ante su boda o ante una extorsión o asesinato. Un arrebato incomprensible le pone en una situación limite que hace que se le juzgue la sociedad y el es incapaz de defenderse o justificarse y aunque esa experiencia  es la única que le hace sentir algo todo es diluido por su personalidad indolente.

El libro pretende ser una crítica al sociedad mecanizada moderna que anula a los individuos anestesiándoles y separándoles de la realidad. Algo que podría considerarse muy de actualidad.

Un personaje apático pero una novela escrita con maestría, cuidando las palabras y las metáforas como demuestra este fragmento.

“Quedar aquí o partir, lo mismo daba. Al cabo de un momento volví hacia la playa y me puse a caminar.
Persistía el mismo resplandor rojo. Sobre la arena el mar jadeaba con la respiración rápida y ahogada de las olas pequeñas.” (pág. 81)

El personaje es totalmente aséptico y gris e incapaz de sentir empatía, ni ningún tipo de emoción. Parece que se mueve por la vida dejándose llevar por las circunstancias sin imponer su individualidad ni dar su opinión sobre ningún tema. Pero sus reflexiones sobre la vida nos reflejan su forma de ser y de pensar. Como estas lineas sobre su estancia en prisión.

“De todos modos, no se debe exagerar nada y para mí resultó más fácil que para otros. Al principio de la detención lo más duro fue que tenía pensamientos de hombre libre por ejemplo, sentía deseos de estar en una playa y de bajar hacia el mar. Al imaginar el ruido de las primeras olas bajo las plantas de los pies, la entrada del cuerpo en el agua y el alivio que encontraba, sentía de golpe cuánto se habían estrechado los muros de la prisión. Pero esto duró algunos meses. Después no tuve sino pensamientos de presidiario. Esperaba el paseo cotidiano que daba por el patio o la visita del abogado. Disponía muy bien el resto del tiempo. Pensé a menudo entonces que si me hubiesen hecho vivir en el tronco de un árbol seco sin otra ocupación que la de mirar la flor del cielo sobre la cabeza, me habría acostumbrado poco a poco.” (Pag 103)

El titulo de la novela hace referencia por un lado a que el  personaje es extranjero, un francés que vive en Tanger y cuya falta servirá de castigo ejemplar. Por otro lado el protagonista sería un extranjero viviera donde viviera porque su incapacidad de integración y de formar parte de nada hace que sea un bicho raro haga lo que haga. De hecho la sociedad le culpa no sólo por sus obras sino también por su incapacidad de sentir como la mayoría ni de identificarse con sus valores morales y religiosos de los que el carece totalmente.

El único momento de la novela en que el protagonista se exalta  es cuando discute sobre la existencia de Dios con el párroco y que describe perfectamente la personalidad del personaje.

«Nada, nada tenía importancia, y yo sabía bien por qué. También él sabía por qué. Desde lo hondo de mi porvenir, durante toda esta vida absurda que había llevado, subía hacia mí un soplo oscuro a través de los años que aún no habían llegado, y este soplo igualaba a su paso todo lo que me proponían entonces, en los años no más reales que los que estaba viviendo. ¡Qué me importaban la muerte de los otros, el amor de una madre! ¡Qué me importaban su Dios, las vidas que uno elige, los destinos que uno escoge, desde que un único destino debía de escogerme a mí y conmigo a millares de privilegiados que, como él, se decían hermanos míos! ¿Comprendía, comprendía pues? Todo el mundo era privilegiado. No había más que privilegiados. También a los otros los condenarían un día. También a él lo condenarían. ¿Qué importaba si acusado de una muerte lo ejecutaban por no haber llorado en el entierro de su madre? El perro de Salamano valía tanto como su mujer. La mujercita autómata era tan culpable como la parisiense que se había casado con Masson, o como María, que había deseado casarse conmigo. ¿Qué importaba que Raimundo fuese compañero mío tanto como Celeste, que valía más que él? ¿Qué importaba que María diese hoy su boca a un nuevo Meursault? Comprendía, pues, este Condenado, que desde lo hondo de mi porvenir… Me ahogaba gritando todo esto. Pero ya me quitaban al capellán de entre las manos y los guardianes me amenazaban. Sin embargo, él los calmó y me miró en silencio. Tenía los ojos llenos de lágrimas. Se volvió y desapareció.
En cuanto salió, recuperé la calma. “( Pag 171)

Es una historia extraña donde a veces nos sentimos identificados con el protagonista y su pasividad pues para qué exaltarse si las posibilidades de cambiar nuestro entorno y circunstancias son casi nulas, pero por otro lado es tan gris y apático que a mi me pone de los nervios porque precisamente me suele atraer mas la gente emotiva e intensa que vive su vida sintiendo cada instante…con lo que no creo que disfrutase de la compañía de este personaje.

Estilísticamente es una joya llena de preciosas imágenes y un cuidado estilo. Fácil de leer pero plantea una personalidad extraña y diferente. Una novela que te hace pensar. Me ha gustado y la recomiendo a los amantes de la buena literatura.