b_huerfanoLeer El huérfano es algo así como disfrutar de una pesadilla o escuchar una balada en el infierno: te cautiva lo que escuchas, pero lo que escuchas te horroriza.

Este libro que fue Premio Pulitzer 2013 y desde luego es una obra que no nos dejará impasibles.

Reconozco que al principio me costó un poco entrar en la historia porque nos encontramos con un personaje, Jun Do que obligado por las circunstancias de su país, Corea del norte, se ve obligado a realizar los actos más deleznables sin planteárselo  dos veces y eso en cierto modo impide que nos identifiquemos con él.

Pero poco a poco vamos captando la fatalidad de su vida en la que va sobreponiéndose a situaciones que podría acabar con cualquier persona normal y de las que consigue salir con cierto humor e ironía. El libro además está bien escrito con ritmo y anécdotas curiosas e incluso surrealistas. Nos plantea la dictadura del Corea del Norte esperpentizada hasta el punto de que la dura realidad se funde en una distopía surrealista que nos hace preguntarnos que hay de realidad y ficción en la historia. Y por eso seguimos leyendo porque lo dramático de los sucesos del personaje se van tiñendo de un toque de humor y esperanza que nos permiten ver a luz detrás de tanta oscuridad.

Destaco este párrafo de la novela que plasma muy bien las circunstancias de un personaje que no es dueño de su destino sino meramente una marioneta del aparato gubernamental en un momento en que tiene que ponerse las botas de otro hombre y sacar antes los dedos del otro que han quedado dentro. Uff me dán escalofríos sólo de pensarlo.

 «Meter la mano dentro de una bota para sacar unos dedos de los pies viejos y pegajosos es como hacer saltar una trampilla en uno de los túneles de la zona desmilitarizada, o llevarte a un desconocido de una playa de Japón: si lo tienes que hacer, respiras hondo y lo haces. Jun Do cerró los ojos, contuvo el aliento y metió la mano dentro de las botas malolientes. Movió los dedos de aquí para allá, hasta el fondo de todo. Finalmente giró la muñeca para arañar las profundidades y sacó lo que tenía que sacar». (Pag 251)

Reconozco que no fue el mejor momento de ánimo de mi vida para leerlo porque después de Lorca y no estando muy arriba anímicamente ha habido momentos en la primera parte en la que he estado tentada de dejarlo por la cantidad de barbaridades que nos iban contando donde el valor a la vida y los derechos humanos se reducen a la una dictadura férrea y absurda. Pero el personaje me acabó atrapando y el giro del libro en el segundo tercio que pasa a contar la historia a través de los ojos de un nuevo personaje una especie de torturador a manos del gobierno de quien son estas palabras.

 

«No hace tanto, cuando éramos jóvenes, a la gente como el profesor (seguramente junto con un puñado de sus alumnos) la fusilaban en un estadio de fútbol un lunes por la mañana, antes de ir al trabajo. Cuando íbamos a la universidad se puso de moda arrojarlos a las minas prisión, donde la esperanza de vida es de seis años. Naturalmente, en la actualidad nuestros sujetos terminan sus días en los centros de recolección de órganos.

  Sí, cuando las minas abren sus fauces y piden más trabajadores, tienen que ir todos, eso es cierto. Ahí no podemos decir nada. Pero, a nuestro modo de ver, la gente como el profesor tiene por delante toda una vida de felicidad y trabajo que ofrecer a la nación. Así pues, aumentamos el dolor hasta niveles inconcebibles, un río cambiante de dolor muscular. Un dolor de esta naturaleza provoca una fisura en la identidad: la persona que alcanzará la otra orilla tendrá poco que ver con el profesor que ahora empieza la travesía. Dentro de unas semanas se habrá convertido en miembro activo de alguna granja colectiva rural, y a lo mejor podremos encontrarle una viuda que lo consuele. No hay otra: para empezar una nueva vida, antes hay que renunciar a la anterior.» (Pag 255)

La narración cambia nos da otra nueva perspectiva del personaje que no conocíamos. Y empieza una nueva historia poliédrica contada desde diferentes ángulos  según si la cuenta el gobierno o los personajes implicados y logra que nos cree curiosidad por conocer más de las aventuras de este pobre hombre que acaba entregando todo al ideal del amor.

Porque no todo es gris en esta obra, tambien tiene toques de humor aventura, crítica social y el amor que acaba siempre en las grandes novelas rescatando a los personajes de su miseria existencial como tabla de salvación en los momentos más duros y solitarios.

Me parecieron impresionantes y profundas  las palabras que le dice a la actriz sobre su trabajo cuando ella se decepciona.

  «—Tus películas inspiran a la gente —observó Ga.

   —¿En serio?

   —A mí me inspiran. Y tu forma de actuar le muestra al espectador que el sufrimiento puede conllevar cosas buenas, que puede ser algo noble. Mucho mejor eso que la verdad.

   —¿Que es…?

—Que el sufrimiento no tiene ningún sentido. Que es una cosa por la que hay que pasar a veces, pero que aunque haya treinta mil personas más que sufren contigo, en el fondo sufres solo.» (Pág 397)

El libro aunque no lo parezca es un canto a la individualidad, al modo en que una persona puede superar barreras que parecen imposibles cuando encuentra algo por lo que tiene sentido darlo todo. Una obra donde la fatalidad está muy presente como demuestran estas lineas que me impactaron.

—Hoy, mañana… —replicó ella—. Un día no es nada. Un día no es más que la cerilla que enciendes después de que diez mil más se hayan apagado. (Pág 515)

En fin que el libro a pesar de que ha habido momentos en los que me ha costado leerlo me ha gustado e incluso me ha sacado alguna sonrisa y tambien alguna lágrima. Tiene un poco de todo y a pesar de que es largo y al principio puede constar identificarse con el personaje acaba recompensando el esfuerzo . Por ello lo voy a incluir entre mis recomendados aunque matizando que no es un libro amable, tiene muchas escenas duras y no es para todos los lectores.

Aquí pongo otra reseña de la obra que me pareció muy interesante.

 

http://cultura.elpais.com/cultura/2014/06/17/babelia/1403000716_245654.html