«Fuerte como la muerte de Guy de Maupassant, reflexiona sobre el amor prohibido y los sentimientos que este nos produce cuando lo experimentamos en la madurez. Tambien trata de lo difícil que es envejecer y renunciar a los deseos de la juventud. Una obra realista interesante pero que no me ha llegado a traspasar»

Fuerte como la muerteEl amor en la madurez

He leído esta novela por casualidad porque la tenía cargada en el ebook y me he encontrado con la curiosidad de que repetía, en cierto modo, el tema de la novela anterior que había leído. El amor en la madurez y el rechazo  que sentimos a envejecer. En esta ocasión el tema es abordado por Guy de Maupassant con una obra escrita en 1889 que refleja la sociedad de esa época.

Fuerte como la muerte

El protagonista Olivier Bertin es un pintor de éxito que ha disfrutado de los placeres y el reconocimiento durante toda su vida. En su madurez se encuentra desbordado por una pasión amorosa que le pilla desprevenido y que no sabe cómo enfrentar. Realmente es un poco difícil hablar de qué trata esta novela sin destriparla.

El protagonista vive el amor en sus multiples facetas. Los primeros amores ocasionales y sin importancia frutos del éxito. El enamoramiento apasionado por una mujer casada, la Condesa Ana, a la que corteja y conquista . Esta relación le sirve al autor para plantear cuestiones como la infidelidad, los celos y el amor correspondido. Este amor ilícito analiza los pros y los contras de una relación de ese tipo. Y por ultimo un amor de edad tardía por una jovencita prohibido y no correspondido que resultará ser tan «Fuerte como la muerte» y por el que se verá sorprendido y superado y que hará tambalear su vida y relaciones.

Realismo psicológico

La novela está escrita en estilo realista psicológico. Ambientada en París a finales del siglo SXIX, nos permitirá tomarle el pulso a la sociedad aristocrática de la época. Conoceremos sus opiniones políticas en una Europa en la que se gesta el conflicto de la primera guerra mundial. Repasaremos las costumbre sociales y gustos artísticos de las clases privilegiadas. Con ellos entraremos en los salones, teatros y museos y viviremos de primera mano esa sociedad al detalle.

La sensibilidad del pintor nos permitirá recrearnos en las luces, las telas y las joyas. A la vez, profundizamos en las emociones y conflictos de los personajes. Las descripciones de los lugares cobran vida para reflejar sus estados de ánimo. Es impresionante el estilo y el dominio del lenguaje del escritor.  En las descripciones combina el realismo con un estilo muy poético. Me impactó este fragmento con la descripción de París en uno de los momentos de depresión del protagonista.

“La sombra de los plátanos marca el pie de los árboles, sobre las aceras que queman, una mancha rara que parece líquida como el agua extendida que se seca. La inmovilidad de las hojas en las ramas, y su silueta gris en el asfalto, expresan el cansancio de la ciudad abrasada, soñolienta, y traspirando como un obrero dormido al sol sobre un banco.

“Parece sudar la capital y echar el aliento fétido por las bocas de las alcantarillas los tragaluces de los sótanos y cocinas, y los arroyos grasientos de las calles.(…) (Pág 96)

Sentimientos universales

Pero más impresionante de la obra, es el modo en el que se reflejan los sentimientos de los protagonistas. ante los celos, el envejecimiento. El impacto de la muerte los enfrentan con el paso del tiempo y la fugacidad de sus propias vidas. Estos sentimientos quedan plasmados de forma muy intensa en las cartas que escribe la Condesa Ana a su amante. Conmocionada tras la muerte de su madre  es difícil no sentirse identificado con sus emociones.

¡Triste, cruel y duro es esto! No se piensa en ello, no se ve a cada paso cómo la muerte toma a alguien, como nos tomará a nosotros, porque si se viese, si lo que pasa ante nosotros no nos cegase y aturdiese, no podríamos vivir; el espectáculo de esta carnicería sin fin nos volvería locos.(Pág 92)

En otro momento Ana reflexiona sobre la pérdida de su juventud durante su luto. Este es uno de los pasajes  más impresionantes de la novela.

(…)¡durante un año se sentía envejecer día por día, hora por hora, minuto por minuto, bajo el hábito de crespón! ¿Qué sería de su pobre cuerpo si en aquel año seguía sufriendo con las angustias del alma?

Estas ideas no la abandonaban y le quitaban el gusto de todo, convirtiendo para ella en dolores las alegrías y no dejándole integra una dicha ni un placer.

Sin cesar la sacudía el rabioso deseo de echar de sí aquel peso mísero que la abrumaba y el estar segura de que sin aquel sería feliz y estaría bien. Ella se sentía un alma fresca y viva, el corazón joven, la savia de un ser que empieza a vivir, el ansia insaciable de la felicidad más voraz que antes y necesidad devoradora de amar.

Y todas estas cosas dulces, deliciosas y poéticas que embellecen y hacen amable la vida, se alejaban de ella porque envejecía. Se acabó todo, y sin embargo sentía dentro de sí sus ternuras de niña y sus apasionados arranques de joven.

Sólo había envejecido su carne, su miserable piel, esa envoltura de los huesos que poco a poco se marchita y arruga como la tela sobre el mueble. El fantasma de su decadencia se había aferrado a ella y había llegado a ser un sufrimiento físico.

La idea de la vejez había determinado una sensación activa y perceptible como la del calor o el frío. Creía sentir como una vaga invasión la marcha lenta de las arrugas en la frente, el hundimiento de la piel en las mejillas y la garganta, y la multiplicación de esos innumerables estragos que decoloran el cutis. A semejanza de quien se ve atacado de una enfermedad devoradora y a quien constante prurito obliga a rascarse, el terror de aquel aborrecido trabajo del tiempo. (Pág 169)

la novela sobre todo se centra en esos sentimientos que trastornan a los personajes y los vuelven vulnerables.

Las ideas fijas tienen la roedora tenacidad de las enfermedades incurables.

Una vez en el alma la devoran sin dejarla en libertad para pensar en nada ni interesarse a tomar gusto por la menor cosa. (Pág 151)

Opinión personal. 8

La novela me ha gustado, está muy bien escrita y se conecta bien con los personajes. Sus conflictos son lo más interesante de la obra. Pero reconozco que el realismo no es mi género. No puedo evitar aburrirme un poco con las situaciones de los salones, las conversaciones y detalles. Es algo que me sucede con casi todas las novelas realistas que he leído. Por otro lado, he encontrado en esta obra algunas similitudes con Anna Karenina. Algo que  es normal por tratarse de estilos y épocas similares.

La recomiendo en la medida que es una obra clave del autor.  Una lectura interesante para los interesados en la lectura de los clásicos. Tiene como punto a favor además, que es una novela breve. Algo que no es habitual en los gruesos volúmenes del realismo.

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