Esta obra es una novela breve de una intensidad y poesía impresionante. La novela narra los últimos días de un pueblo del Pirineo aragonés, Ainielle. Con ella el escritor fue en 1988 finalista del Premio Nacional de Literatura.
La novela aborda el abandono y el despoblamiento que experimentaron muchos pueblos de España con el éxodo rural y la creación de pantanos todo ello narrado por su último poblador. Un tema que toca de cerca al escritor porque fue precisamente el destino de su pueblo de nacimiento en Leon.
La plasticidad de las descripciones y el cuidado lenguaje hace que la obra sea cómo un poema narrado. De una belleza literaria increíble con una cadencia profunda e intimista. Sentimos el paso del tiempo y las estaciones, el abandono del pueblo y la creciente soledad del protagonista, el último habitante del pueblo que se resiste a abandonarlo.
Vivimos el día a día de este hombre duro y hermético que vive en contacto permanente con la naturaleza y es el alma de su pueblo y sus ultimas raíces. Sus recuerdos y vivencias nos conectan con una España rural que nos resulta ya en ocasiones lejana. A mí el libro me resultó muy cercano porque cómo mi hermana vive en Pirineos muy cerca de donde está el pueblo conozco la zona y he visitado otras aldeas en las mismas circunstancias de abandono, me resultó muy fácil situarme en la historia. Pero el pueblo está tan bien descrito que cualquiera puede imaginarlo con facilidad.
Todo el libro desprende una enorme tristeza y con un tempo lento presenciamos la muerte cada día que va ganando terreno, el éxodo de los últimos habitantes de la aldea, la desaparición de los seres queridos y el aferrarse a su casa y a su vida de siempre rodeado de recuerdos y soledad.
En el libro que es una autentica joya literaria por la belleza de las palabras es opresivo y brutal. Imposible quedarse ajeno a los sentimientos que transmite que nos llegan muy dentro porque se trata de los problemas vitales de la existencia, la soledad, la muerte y el olvido. Se agradece que sea una obra breve porque el ambiente es cada vez mas opresor y su lectura además de la belleza de las palabras me ha parecido excesivamente deprimente y estaba deseando terminarla. No hay casi una nota amable que nos permita salir del agujero en el que sentimos va cayendo el protagonista que literalmente “cava su propia fosa”. Y en cierto modo da sensación de bucle porque desde el principio ya sabemos lo que va a pasar pues el protagonista nos narra su propia muerte. La descripción de cómo le encontrarán los vecinos de otras aldeas cuando vayan a buscarle es impresionante y la narración de sus ultimas vivencias en el pueblo con la muerte y sus escasas relaciones con sus vecinos, su mujer y su perro es devastadora.
El desarrollo del personaje con un carácter cada vez mas encerrado en si mismo y rechazando cualquier trato con otras personas roza la locura y la aparición de un mundo paralelo de fantasmas que cobran mayor realidad cada día nos hace plantearnos si la soledad no lleva a la locura o nos hace acompañarnos de imágenes para mantener la sensación de humanidad.
Y lo mas impactante del libro el tratamiento de los colores y la metáfora del amarillo como el paso del tiempo, como el sepia de las fotografías, la herrumbre o el polvo de las piedras. La lluvia amarilla cubre todo de olvido. Las hojas de los arboles en otoño que cubren las veredas y cada vez más frio y soledad. Muy intensa la sensación del frio, la nieve y la dureza de la vida en las montañas que en cierto modo forja también el carácter de sus habitantes.
Me ha gustado y me ha parecido de una calidad impresionante pero por mi carácter vital prefiero otro tipo de lecturas mas positivas y desde luego agradecí que fuera una obra breve. No apta para momentos de depresión pero de una potentísima fuerza poética.
El libro está lleno de párrafos impresionantes pero he escogido uno que me impresionó por su belleza y que resume muy bien en mi opinión la esencia de la obra.
«(…) Ya es tarde para todo. La lluvia está borrando la luna de mis ojos y, en el silencio de la noche, escucho ya un murmullo lejano, vegetal, desolado, como de ortigas que se pudren en el río de mi sangre. Es el murmullo verde de la muerte, que se acerca. El mismo que escuché en las habitaciones de mi hija y de mis padres. El que fermenta en las tumbas, en las fotografías olvidadas. El único sonido que perdurará cuando en Ainielle nadie ya pueda escucharlo. (…)» (pag 89)
Se puede ver un documental muy interesante sobre Ainielle con textos de Llamazares en TVE a la carta.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/television/cronicas–ainielle-tiene-memoria/221225/
Este libro lo hemos leído en el club de lectura de mi pueblo y cómo también llevo ese blog pues os pongo un link donde se ha recopilado información sobre el escritor y la obra por si os apetece.
http://clvaldemorillo.wordpress.com/2013/10/24/la-lluvia-amarilla-julio-llamazares/
Lo leí hace unos meses y decir que me encantó,es poco. En mi humilde opinión es una auténtica joya, increíble todos los sentimientos que trasmite sin descanso, cómo entras en el libro desde el comienzo y como se queda en tu corazón ya para siempre.
Un saludo,
Estupenda reseña Clara
Ahora a tener un poco de «Sangre fría».
Nos vemos en el Club. Lorena
Gracias guapa allí estaré con las pilas cargadas. jejej Me alegro que te gustara mi blog y la reseña. Bss
gracias clara, que linda reseña…pero sí, deprimido y leyendo este poema en proma, jummmmmmm…cavaremos nuestra propia tumba. Bien por el escritor Julio Llamazarez, y bien por ti.