Tenía muchas ganas de leer esta novela de la que he oído muy buenas críticas a raíz de su reciente redición. Lo que más me llamó la atención fue su título que me pareció muy sugerente así como la portada que es muy bonita. La novela se considera una clásico de la novela de detectives inglesa y una de las cumbres del género.
“La juguetería errante” fue publicada en 1946 bajo seudónimo, por Robert Bruce Montgomery y se considera la obra maestra del escritor y la que inicia una saga protagonizada por Gervase Fen con el que escribió hasta nueve novelas durante los años 50, para luego dedicarse a la escritura de reseñas de novelas misterio y ciencia ficción en el Sunday Times hasta la fecha de su muerte en 1978.
La novela desde luego es trepidante hasta el punto de que en ocasiones puede ser liosa. Cadogan, un poeta de vacaciones en Oxford para recordar viejos tiempos de estudiante, encuentra accidentalmente un cadáver en una juguetería y cuando lo va a denunciar a la policía, el cadáver y la juguetería han desaparecido. Con la ayuda de un profesor amigo, Gervase Fen se meten en una aventura surrealista al más puro estilo british hasta resolver el misterio.
El lenguaje es el típico lenguaje redicho y un poco anticuado de las novelas inglesas con mucho circunloquio pero siempre correcto y ese aire rancio de Oxford, localidad en la que se sitúa la historia y que le va muy bien al relato. Las situaciones que se plantean son también muy típicas del humor británico con ese temor de los personajes a las escenas ridículas que de tanto tratar de evitarlas se acaban produciendo irremediablemente.
Es una novela entretenida, bien llevada, bien resuelta y un poco pedante. Me ha gustado pero no me ha sorprendido tanto como pensaba y aunque tiene bastante situaciones divertidas al estar planteadas con esa flema tan inglesa puede que nos cueste un poco identificarnos. En cuanto a su comicidad no he llegado a reírme más bien a sonreírme.