Hola voy a escribir la reseña de estos dos libros que he leído estos días conjuntamente porque están muy relacionados ya que tienen el mismo personaje como protagonista.

Estos libros los había leído en mi juventud y me habían encantado. los recordaba divertidos y muy surrealistas y de hecho los he seguido recomendado durante estos años. Los he vuelto a leer porque el laberinto de las aceitunas era la lectura propuesta para el club al que pertenezco y he aprovechado para leer el otro también, sin embargo la relectura no les ha beneficiado quizás porque al ser más madura los he visto con otros ojos y ahora los recomendaría con ciertas reservas. Sobre todo me ha gustado más el primero El misterio de la cripta embrujada que El laberinto de las aceitunas que me ha parecido algo más flojo.

Sin embargo ambos libros destacan por la escritura magistral de Eduardo Mendoza que consigue hacer de un juego literario dos novelas divertidas y originales fusionando distintos géneros: la novela negra, la picaresca española y la época de la transición con un lenguaje irónico y mucho sentido del humor.

El misterio de la cripta embrujada

el-misterio-de-la-cripta-embrujadaEs una novela divertida y esperpéntica donde el protagonista sacado literalmente de un manicomio se convierte en detective a cambio de su posible libertad  por  petición de la policía y la iglesia para investigar la desaparición de una niña en un internado de monjas.  Un tema delicado  que le es encargado precisamente porque si la fastidia puede servir de cabeza de turco y ninguno de los poderes fácticos se verá comprometido.

Con este arranque ya de por si surrealista nos sumergiremos en una historia llena de sin sentidos donde el protagonista conocedor de los bajos fondos va escarbando en el enigma hasta dar con la resolución del caso. Un protagonista tan pobre que por no tener no tiene ni nombre.

Es una novela breve y divertida que destaca por su ironía y sentido del humor. En la época de la transición española en un país donde aún hay miedo a llamar las cosas por su nombre, Eduardo Mendoza se atreve a poner patas arriba todas las instituciones de la mano de este personaje miserable, sucio, inculto y desvergonzado que consigue salir de todos los embrollos con su labia y picarescos recursos.

La novela se lee con facilidad y deja muy buen sabor de boca. Lo más destacable es el dominio de lenguaje con que el escritor dota al protagonista que es redicho e hiperbólico y habla como si fuera un académico de la lengua a pesar de constatar su incultura.

Un personaje que consigue que le tengamos cariño por su ingenuidad y buen corazón a pesar de su miseria y de estar curtido en mil penalidades. Es humilde y acata lo que le toca vivir con resignación pero sin rendirse nunca para salvarse.

En esta novela se nos presenta también a su hermana Cándida una prostituta de lo más fea y miserable pero de un gran corazón a la que recurre siempre que se encuentra en las últimas. Al Dr Sugrañes, director del manicomio  que defiende su cordura. Al comisario Flores que le conoce de su época como confidente y al que recurre para resolver marrones varios. Y un monto de diferentes personajes de distintos estratos que en cierto modo representan distintos sectores de la sociedad.

Esta primera novela cierra la trama de una manera completa y redonda que por su brevedad nos deja con ganas de más.

El escritor explica en el prólogo fue escrita en Nueva York y supuso para el escritor una forma de recuperar su Barcelona natal que es el escenario donde se desarrolla la novela. El cariño que le tiene a la ciudad se nota en todas las descripciones de la novela. Por otro lado el mismo tenía dudas sobre si merecía la pena publicarla de hecho se la mandó al editor y le dijo haz con esto lo que quieras. La sorpresa fue el éxito que supuso de ventas. Era un soplo de aire fresco muy acorde con la fecha de su publicación 1978.

Sobre esta novela se ha hecho una película en 1981 llamada La cripta. http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/157382.html

El laberinto de las aceitunas.

Esta novela se puede considerar una secuela de la anterior ya que tiene el mismo protagonista y similar trama pues resuelve un caso para el inspector Flores que ya nos presentaron en la novela anterior. Se repiten personajes, circunstancias y el estilo pero en mi opinión aunque la primera vez que la leí me encantó en esta ocasión casi treinta años después se me ha hecho más pesada a partir de la segunda mitad de la novela.

En esta ocasión la trama se resiente y se nota un bajón en el ritmo y el interés. Quizás se debe a que las haya leído seguidas o a que a partir de la mitad todo se vuelve más surrealista y sin sentido en la trama. El propio escritor explica en el prólogo de la novela que sintió un vacío y le costó terminarla y eso en cierto modo se nota porque es como si el final fuese  algo de compromiso donde las locuras se repiten de modo demasiado absurdo para mi gusto. Es curioso que una novela que en la juventud me encantó en esta ocasión más madura me ha llegado a aburrir un poco al final.

Sin embargo la novela sigue destacando por el dominio del lenguaje del escritor que es un gran conocedor del castellano hasta el punto de que hay gran cantidad de palabras que no conocía y que he tenido que mirar en el diccionario algo que no es habitual. Palabras todas puestas en boca de nuestro ridículo protagonista que  a pesar de su miseria habla como un catedrático mientras se pasea semidesnudo durante toda la novela.

En la novela vuelven a aparecer algunos personajes de la anterior novela y se incorporan otros nuevos igual de entrañables a través de los que se parodian muchos temas de la sociedad española, la corrupción política, la incompetencia policial, entre otras. Pero las descripciones tambien son estupendas y nos trasladan perfectamente a los diferentes escenarios donde se desarrolla la acción.

Es segunda novela como dije al principio me ha gustado menos y la recomendaría con reservas porque aunque me ha gustado la trama tiene muchas carencias que se superan por el buen hacer del escritor que conoce su oficio aunque estas obras fueran para el un divertimento.

Estas novelas fueron un éxito de ventas en su momento  y una sorpresa literaria por su frescura e irreverencia. Totalmente distintas de otras obras serias del escritor reconocidas como obras maestras como: «La verdad sobre el caso Savolta» una estupenda novela de intriga que analiza las raíces de la sociedad barcelonesa y «La ciudad de los prodigios» que sigue profundizando en la Barcelona de finales del siglo XIX durante la celebración de la exposición universal de 1888. Ambas novelas las leí hace años y las recomiendo totalmente.

Estas sin embargo son novelas totalmente diferentes. Son obras ligeras donde prima el surrealismo y el sentido del humor. Divertidas, subversivas y con una trama muy loca donde el peso reside en el humor, y el estilo literario en detrimento del sentido de la trama. Las recomiendo si uno busca pasar un buen rato sin más pretensiones pero no si uno busca una novela de peso.

Eduardo Mendoza es un escritor con muchas obras de las cuales he leído casi todas. La mayoría tienen mucha calidad  porque es un escritor que conoce su oficio